23 may EDUCAD A LOS NIÑOS, Y NO HABRÁ QUE CASTIGAR A LOS HOMBRES
Fin de semana. Tiempo libre. Tiempo para compartir con tus hij@s. Aségurate que es un tiempo de calidad. Como terapeuta, muchas veces me resulta imposible no observar con detenimiento la manera en la que ciertos padres y madres interactúan con sus hij@s. Y cuando ocurre una situación conflictiva, siempre pienso, «Dentro de veinte años, cómo contará ésto el niño a su terapeuta?». Todo lo que está pasando hoy en nuestra casa, puede que algún día nuestro hijo o hija lo trabaje en terapia. A primera vista puede parecer amenazante, o incluso «apocalíptico». Pero yo no lo creo. Es inevitable. Porque absolutamente todo lo que pasa en nuestra familia, todo eso con lo que vamos creciendo desde muy pequeños, es el alimento de nuestra neurosis.
Yo estoy absolutamente convencido que la manera más sencilla de evitar los grandes conflictos en casa, es marcar bien los límites desde muy pequeños. Creedme cuando digo desde muy pequeños. Hablo desde muy muy muy pequeños. Para marcar bien los límites hay que saber negociar. Hoy leí un artículo con varias claves muy interesantes para negociar, y creo que puede ayudar a much@s papás y mamás con esta tarea tan dura. La tarea del fin de semana. Ánimo!!!!
«A menudo los padres se quejan de que les cuesta que sus hijos (ya desde pequeñitos) les obedezcan. Y es que hay que recordar que lo natural es que nos cueste cumplir órdenes impuestas, dado que hay muchas otras actividades que preferimos hacer.
Imagínate lo que supone para tu hijo, por ejemplo, dejar de jugar a algo muy divertido para tener que ponerse a hacer deberes de mates. ¡Si nos ocurre también a los adultos!
Para ayudarte en esta difícil tarea quiero darte algunas pautas que seguro te resultarán de utilidad:
1.- Ante todo, ármate de muuuuucha paciencia, pues instaurar hábitos requiere tiempo y perseverancia.
2.- Puedes preavisar a tu hijo de que (por ejemplo) le quedan 5 ó 10 minutos para acabar lo que está haciendo y ponerse a hacer deberes; cuando llegue la hora, si remolonea, puedes volver a decírselo, pero siempre con tranquilidad, buenas maneras y sin gritar; si aún sigue sin obedecer, entonces puedes retirarle de lo que está haciendo: quitarle el móvil o apagarle el ordenador…
3.- Nuestros hijos aprenden por imitación, lo que significa que somos sus modelos y que probablemente repitan los que hacemos, no lo que decimos. Por ello, los sermones no sirven para nada. Es inútil insistirles en que es malo fumar si nos ven hacerlo a nosotros.
4.- “Una adolescencia problemática es el resultado de una infancia descolocada“. Recuerda que la relación que establezcas con tu hijo desde el principio va a marcar vuestra dinámica familiar, por lo que si hay una buena base todo resultará mucho más sencillo.
Se trata de un trabajo sutil y lento, pero sus efectos son muy beneficiosos. Procura crear un vínculo sano con tu hijo. No entres en el juego de las malas respuestas, de la humillación, del chantaje, de la amenaza, de la violencia verbal (ni hablar de la física, sea del grado que sea) ni, por supuesto, del sarcasmo.
Piensa que debes tratar a los demás como a ti te gustaría que te tratasen, en la educación se suele recibir lo que se da. Confianza, respeto y comunicación han de ser los pilares fundamentales y deben estar presentes en ambas direcciones. ¿Pretendes que tu hijo te cuente qué tal le ha ido en clase hoy y tú te muestras siempre hermético, le exiges respeto mientras le tratas de mala manera? y ¿ qué decir de la confianza? La confianza hay que ganársela, por supuesto, pero para ello hay que ofrecer esa posibilidad a nuestros hijos.
5.- En el caso de adolescentes, no pienses que es muy complicado por su actitud de rebeldía, más bien al contrario puedes utilizar la negociación con ellos, a esas edades se les puede y se les deben razonar las normas, y no por ello se pierde autoridad.
6.- Según va creciendo tu hijo, es importante darle mayor autonomía para ayudarle a madurar, si te preguntas cuánta independencia puedes permitirle, la respuesta es: depende de su nivel de responsabilidad.
7.- Procura educar a tu hijo siempre con esta premisa: respeto, pero con firmeza y coherencia.
8.- Prémiale siempre que haga las cosas bien y cumpla con sus responsabilidades, aunque sea su obligación, y no necesariamente con cosas materiales. En nuestra sociedad hay una tendencia a regañar por las malas acciones, sin embargo, premiar lo bueno ha demostrado ser una técnica mucho más efectiva.
9.- Al principio tendrás la sensación de que no se avanza nada y que el esfuerzo que tienes que hacer cada día repitiendo las mismas órdenes no sirve, pero debes recordar que la constancia es imprescindible y que algún día esas órdenes se habrán convertido en hábitos y, por lo tanto tu hijo ya lo habrá interiorizado, de tal manera que acabará formando parte de su rutina.
Esto es muy importante, no sólo porque sea necesario inculcar valores como la responsabilidad a tu hijo, sino porque de adulto te lo agradecerá mucho.
10.- En relación al punto anterior, me gustaría añadir que los padres de hoy en día no lo tienen nada fácil, pues el ambiente social complica bastante las cosas. No quiro decir con esto que para las anteriores generaciones de padres fuera sencillo educar a sus vástagos, pero es indudable que determinadas características de nuestro entorno social han cambiado bastante» (MARÍA HERNÁNDEZ MENDOZA)
Dentro de veinte años, cuando tu hij@ vaya a terapia, qué crees que dirá de ti?…..






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